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El Debate en Torno a los Géneros Periodísticos en la Prensa (página 2)



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En contraste, y a pesar de que inicialmente la
tradición periodística francesa impuso las
divisiones de periodismo
informativo y periodismo de opinión, los periodistas
franceses tendían más a interpretar y "reprocesar"
la información en base a la doctrina política defendida
por el periódico
y acostumbraban a comentar las informaciones que ellos mismos
facilitaban.

No fue hasta el período de entreguerras que
consiguieron la legitimidad periodística y el
reconocimiento social de sus colegas anglo-americanos (Chalaby,
1996). Aun así, un gran número de periodistas
franceses continuaron trabajando en la tradición de los
publicistas, escribiendo para propagar doctrinas políticas
y defender los intereses de un grupo
político determinado, y la opinión y el comentario
prevalecieron en Francia sobre
la información hasta finales del siglo veinte.

Así pues, el concepto y la
práctica de la noticia, al igual que el resto de las
prácticas periodísticas, fueron inventados y
desarrollados en Estados Unidos y
Gran Bretaña. Hacia las últimas décadas del
siglo diecinueve, estas prácticas se importaron y se
adaptaron en Francia, con frecuencia por los propios
anglosajones.

A comienzos del siglo veinte diversos manualistas
norteamericanos coincidían en unir el concepto de noticia
al término story (relato), una expresión que se
extendió en el ámbito anglosajón y que en un
principio se refería no sólo a relatos de incendios,
crímenes o muertes, sino también a entrevistas y
discursos, que
realmente tenían poco de relatos.

En realidad, cuando se hablaba de las noticias como
relatos, se pensaba en la narración de acciones a
pesar de incluir en esta modalidad textos con poco valor
narrativo-descriptivo, y las "news stories" acogían
noticias no consideradas relatos ni narración de acciones
(López Pan, 1998:15-36).

En el Estado
español,
la existencia de una variedad de géneros como la
información, el reportaje, la crónica y el
artículo o comentario, se debe al hecho de que hasta 1936
se mantuvo el periodismo ideológico y el informativo
tenía poca aceptación, dando lugar a ciertas
modalidades de géneros periodísticos situados entre
el relato impersonal de los hechos y la interpretación subjetiva.

En Latinoamérica influyó
tradicionalmente el esquema europeo -español o
francés-, pero en las últimas décadas se ha
ido introduciendo cada vez más la fórmula
anglosajona, de inspiración norteamericana.

2. El debate actual.
Algunas teorías
clasificadoras de los géneros
periodísticos

El actual sistema de
géneros periodísticos está siendo objeto de
debate constante en el mundo académico. La polémica
no radica en cuestionar la existencia de los géneros
periodísticos en sí ya que, de hecho, la
generalidad de los críticos ni los niegan ni les restan
importancia. Lo que algunos sí niegan es la vigencia de
los géneros tradicionales tachándolos de
"insostenibles, desfasados y estereotipos inertes" (Hernando,
1998: 51-60) de manera que el problema parece estar más en
considerar que el sistema convencional de géneros,
compartido tradicionalemente por los académicos, hoy por
hoy es incorrecto o simplemente inválido.
Para conocer las líneas generales de esta cuestión
basta con pasar revista a las
diferentes posturas que algunos críticos adoptan
actualmente al respecto aportando desde sistemas de
géneros innovadores hasta nuevas tipologías de
géneros o simplemente nuevos criterios para las
tipologías tradicionales. Las diversas teorías
desarrolladas a continuación fueron seleccionadas por
considerarse suficientemente representativas para ofrecer una
visión general del debate, sin que por ello pretenda
invalidar otras muchas que no se incluyen.

2.1. Teoría
de los esquemas del discurso

La "teoría de los esquemas del discurso",
planteada por el profesor Teun
A. van Dijk, contempla el panorama de los géneros desde
una perspectiva dualista y clasifica el conjunto de esquemas del
discurso periodístico en dos grandes grupos, los de
esquema narrativo -los relatos- y los de esquema argumentativo
-los artículos-, situándose así cerca de la
división clásica angloamericana de hechos y
opiniones, noticias y comentarios, o story y comment.
Esta postura ha sido criticada a menudo por considerar que se
asienta en un esquema extremadamente reduccionista, simplista y
anticuado, por una parte, e insuficiente, por otra, al basar la
clasificación de géneros sólo en estructuras
internas.

2.2. Teoría
normativa de los géneros
periodísticos

José Luis Martínez Albertos desarrolló en
1989 la denominada "teoría normativa de los géneros
periodísticos" y la definió como "una construcción teórica que surge por
la extrapolación de la teoría clásica de los
géneros
literarios" (Hernando, 1998: 51-60). Se asienta en la idea de
que cuando el periodista hace uso de la narración para
contar algo, se sitúa intelectualmente en el "mundo de los
hechos" adoptando su mensaje la forma de un relato siempre que
exista una "no-intencionalidad", es decir, sin introducir
conscientemente en el texto sus
puntos de vista personales.
En lo que respecta al cuestionamiento de la validez de la
teoría clásica de los géneros,
Martínez Albertos (1996: 2) no concibe una correcta
enseñanza del Periodismo sin la existencia
de una teoría precisa. Así, dividir los textos
periodísticos obedecería a la necesidad
metodológica de clasificar determinados productos
culturales -al igual que ocurre con las artes plásticas,
las obras musicales o el cine– para
poder
analizarlos y valorarlos correctamente, una tendencia
academicista pero útil pedagógica y
profesionalmente. Desde el punto de vista profesional, no ve con
buenos ojos la costumbre que existe de escribir mezclando en un
mismo texto características de distintos géneros
por considerar que el no distinguir bien lo que es
información de lo que es opinión puede llevar a
transmitir al lector una idea incorrecta de los hechos.
Pero si a comienzos de los años sesenta Albertos hablaba
de hechos para referirse a los géneros información,
reportaje y crónica, y de opiniones para referirse a los
artículos, en su manual Redacción Periodística, publicado
por vez primera en 1974, introduce la finalidad de los textos
periodísticos de interpretar -inspirándose en la
distinción que hace el norteamericano Carl Warren entre
reportaje objetivo y
reportaje interpretativo-, al pensar que existían ciertas
modalidades de géneros periodísticos que se
encontraban a caballo entre el relato impersonal de los hechos y
la interpretación subjetiva.
En definitiva, la "teoría normativa de los géneros
periodísticos" recoge en parte ambas tradiciones, la
europea y la anglosajona, a través de la distinción
de tres macrogéneros: géneros informativos
(información y reportaje objetivo), géneros
interpretativos (reportaje interpretativo y crónica) y
géneros de opinión (artículo o
comentario).

2.3. Teoría
del sistema de textos

Junto a las teorías anteriores se encuentra la
"teoría del sistema de textos" formulada por Héctor
Borrat, quien propuso en 1981 una clasificación de los
géneros periodísticos muy similar a la del resto de
la doctrina española, formada por textos narrativos,
descriptivos y argumentativos.
Según este criterio, el predominio de unos topoi en los
géneros narrativos y de otros en los argumentativos
conlleva la aparición de textos mixtos y el
establecimiento de estrechos vínculos de los componentes
de la estructura
interna -los llamados topoi- con la naturaleza de
la estructura externa -los géneros
periodísticos-.
De esta forma, el esquema inicial formado por tres
tipologías de textos -narrativos, descriptivos y
argumentativos- "se subdivide en cuatro ramificaciones que nacen
de las dos primeras: narrativos simples, con el predominio de
qué, quién, cuándo y por qué; los
narrativos explicativos, con predominio de qué,
quién y dónde; descriptivos simples, con predominio
de qué, quién y dónde; y descriptivos
explicativos, con predominio de qué, quién,
dónde, por qué y cómo".
Por su parte, Mar de Fontcuberta distingue cuatro géneros
fundamentales -noticia, reportaje, crónica y comentario-,
y asocia su aparición histórica a las diferentes
etapas del periodismo. Así, la consolidación de los
géneros de opinión o comment correspondería
a la etapa del periodismo ideológico; el periodismo
informativo se caracterizaría por el predominio de lo que
los sajones denominan story o hechos, con los géneros
noticia, crónica y reportaje; y el periodismo de
explicación estaría asociado al auge del reportaje
en profundidad.
En cuanto al debate sobre la teoría de los géneros
periodísticos, Fontcuberta considera que los cambios
progresivos en el modo de redactar las informaciones a menudo
supusieron la ruptura de las fronteras entre los diversos
géneros y llevaron a incrementar la tipología de
géneros y subgéneros en un intento de abarcar todas
las posibilidades expresivas que encontramos en los medios de
comunicación. La solución que aporta es la
propuesta de Héctor Borrat, a la que considera de gran
utilidad para
analizar todo tipo de textos periodísticos sin necesidad
de recurrir a sucesivas y progresivas tipologías de
géneros.

2.4. Teoría de
los géneros

El profesor Llorenç Gomis (1989:129-141) sitúa
en La Poètica2 de Aristóteles el primer intento de establecer
lo que después se llamaría "teoría de los
géneros". Durante siglos se mantuvo la idea de que los
modelos
establecidos eran permanentes y que las normas
debían seguirse de manera estricta, y a medida que se
modificó la relación entre la prensa naciente y
un público creciente, fueron conformándose los
géneros periodísticos. Las primeras gacetas que se
publicaron eran obra de un solo redactor, formadas por un
conjunto de cartas ordenadas
cronológicamente y escritas con un estilo que
dependía del destinatario del periódico.
Ya en el siglo dieciocho, la necesidad de encontrar una forma
uniforme de expresión diferenciada de la
conversación hablada dio forma a una nueva técnica
de la prosa que encajaba con la forma de la letra impresa, la
técnica del "todo igual", consistente en sostener la misma
actitud
respecto al lector a lo largo de una exposición.
La periodicidad diaria acabó por convertir la lectura del
diario en una costumbre y fueron incorporándose a la
prensa datos que
conformaban la vida diaria como el tiempo,
informaciones judiciales, la Bolsa, nacimientos, bodas o
espectáculos.
Las noticias, que solían ser anónimas o copiadas, y
referidas principalmente al extranjero, se fueron politizando
mientras que el comentario se hacía más variado y
plural. Al mismo tiempo, el deseo de aumentar las ventas
llevó a buscar nuevos temas de interés, y
diarios como el New York Sun destacaban el interés humano
de las informaciones, los reporteros escribían
crónicas judiciales, y crímenes y
catástrofes se convirtieron en noticia habitual.
Todos estos excesos produjeron como reacción un nuevo
impulso de la prensa seria, de la que periódicos como el
New York Times dieron buenas muestras.
Así pues, Llorenç Gomis basa su postura en la idea
de que los géneros reflejan la evolución del periodismo y se van
modificando a la vez que las demandas sociales y los objetivos de
la profesión periodística, de manera que pueden ser
entendidos como un método de
interpretación sucesiva de la realidad social.
Además, la clasificación de los géneros
periodísticos es de gran utilidad como instrumento de la
pedagogía del ejercicio profesional porque
sirve para que el alumno tenga modelos y esquemas de referencia .
Esta sería, por tanto, su clasificación:
Información (noticia, reportaje, entrevista y
crónica) y comentario (crítica, cartas al director,
artículo, columna, editorial y viñeta de
humor).

2.5. Otras propuestas de ruptura
con la clasificación tradicional

Contrariamente a la idea extendida de que los géneros
periodísticos han ido desapareciendo hasta perder
vigencia, Josep Mª Casasús y Luis Núñez
Ladevéze sostienen, de manera similar a Fontcuberta y
Gomis, que los mismos han sufrido varias crisis,
transformándose con el paso del tiempo.
La primera crisis, producida entre los años 1920 y 1930,
estaba vinculada a la ruptura de los géneros
periodísticos "tradicionales" debido a la influencia que
tuvo la literatura de vanguardia en
la prensa; a comienzos de los años ochenta tuvo lugar la
siguiente ruptura, motivada por factores de competitividad
con otros medios de
comunicación, factores técnicos como son las
prestaciones
de las nuevas
tecnologías de la edición
y factores ideológicos como es la crisis de la postmodernidad; en la actualidad, los
géneros tradicionales del periodismo han entrado en una
nueva crisis como consecuencia tanto de su propia
evolución como de la aparición de los nuevos
medios de
comunicación, pero también como
resultado de la creciente presencia del periodismo de
precisión, que permite combatir la radio y
la
televisión con el apoyo de gráficos de gran calidad
facilitados por los ordenadores y la impresión en color.
A juicio de Casasús y Ladevéze, una teoría
moderna de los géneros periodísticos debería
asentarse en los siguientes criterios:

  • Entender la teoría de los géneros como una
    proyección analítica y crítica de la
    práctica periodística.
  • Ordenar el sistema de los géneros según la
    dicotomía de raíz hegeliana que distingue entre
    objetivo o formal y subjetivo o temático. La
    dimensión objetiva de los géneros, basada en el
    examen de la estructura externa de los discursos
    periodísticos, nos llevaría a la
    apreciación de modelos estructurales y
    estilísticos con conjuntos
    prototípicos que reciben diversas denominaciones
    -noticia o información, crónica, reportaje,
    artículo, editorial, crítica, etc.-. Por su
    parte, la dimensión subjetiva se clasificaría en
    función de su contenido temático
    -político, económico, mundano, científico,
    deportivo, etc.-. Los modelos de géneros se construyen
    mediante la combinación de ambas dimensiones, de forma
    que obtendremos, por ejemplo, la crónica deportiva, el
    reportaje político, la información
    científica, o la crítica musical.
  • Clasificar los géneros en base a los grandes grupos
    clásicos, denominados de diversas maneras según
    los autores y las tradiciones científicas.
    Simplificando, se distinguen las siguientes categorías:
    géneros "informativos" -o "narrativos"-, géneros
    "interpretativos" -"para la interpretación",
    "evaluativos" o "descriptivos"-, géneros
    "argumentativos" -"para el comentario y la opinión" o
    "evaluativos"- y géneros "instrumentales"
    -también denominados "prácticos"-.
  • Considerar el estudio de los géneros como un
    instrumento pedagógico que permite desarrollar una
    crítica de los textos, tal y como defienden otros
    autores.

La aportación más novedosa que hacen Josep
Mª Casasús y Luis Nuñez Ladevéze con
respecto a visiones más tradicionales es la importancia
que conceden al carácter interpretativo del periodismo. Los
autores creen que éste afecta afecta incluso a los textos
estrictamente informativos, más caracterizados por su
naturaleza persuasiva que por la garantía de objetividad o
imparcialidad.

Conclusiones

Tradicionalmente, el informador debía tener claro si
iba a informar u opinar antes de comenzar a escribir, lo cual
llevó a establecer la división de los textos
periodísticos en informativos y de opinión y,
consecuentemente, a hablar de géneros
periodísticos. Hoy numerosos investigadores en Ciencias da
Información niegan que se pueda hablar de una clara
frontera entre
ambas categorías y argumentan que cualquier texto
periodístico, aun pareciendo un relato objetivo, lleva
oculta una dosis de opinión ya que, tal y como afirma
Ignacio Saavedra, "no existe una opinión más
radical y subjetiva que la que mueve a seleccionar unas noticias
y desechar otras".
En la actualidad la clásica división entre
géneros informativos y de opinión, a la que
más tarde se unieron los interpretativos, no sólo
se ve superada por críticas teóricas, sino
principalmente por la propia evolución de la
profesión periodística, encaminada a la
proliferación de géneros mixtos.
Además, la tipología clásica resulta
insuficiente para "acomodar" la enorme cantidad de variantes que
están apareciendo continuamente fruto de su propia
transformación. El principal problema que se presenta para
los teóricos es la necesidad de establecer una
tipología completa y correctamente adaptada a un panorama
periodístico en constante cambio y cada
vez más presionado por la competencia que
supone el auge de los medios de comunicación
audiovisuales.
Por otra parte, los cambios tecnológicos, y concretamente
las características de ese nuevo medio de
comunicación que es
Internet hacen que tengan que plantearse de nuevo las
categorías tradicionales de los géneros
periodísticos o bien optar por establecer diferentes
tipologías para medios impresos y electrónicos,
pero esto ya formaría parte de otro debate.
A pesar de las polémicas suscitadas, es innegable que la
existencia de géneros periodísticos es necesaria.
Durante años los géneros estaban considerados como
las categorías básicas en las que se fundamentaba
la expresión del mensaje periodístico; desde este
punto de vista, producen orden en el material informativo y los
medios de comunicación hacen uso de ellos para recoger la
complejidad de lo que acontece y exponerlo a los receptores.
Además, no debemos olvidar el papel que juega la
clasificación de los géneros en el ámbito
académico, ya que es difícil imaginar la
enseñanza del Periodismo sin este instrumento
pedagógico fundamental.

 

Por

Sonia Fernández Parratt

Periodista e investigadora de la Facultad de Ciencias de la
Información de la Universidad
Santiago de Compostela – España.

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